
Los terrores nocturnos también son conocidos como «miedos del sueño«. Son episodios que suceden al dormir y están acompañados de agitación intensa, miedo e incluso gritos. A menudo los terrores nocturnos van acompañados también de episodios de sonambulismo.
Los terrores nocturnos se consideran una «parasomnia», es decir, una experiencia no deseada durante el sueño.
Un episodio de terror nocturno puede durar desde varios segundos hasta unos pocos minutos, pero también puede extenderse durante más tiempo.
Índice del artículo
Terrores nocturnos en adultos
Estos episodios pueden afectar a personas de cualquier edad, desde niños hasta adultos. La mayoría de los niños suelen superarlos antes de llegar a la adolescencia. A los adultos les afecta en menor porcentaje.
Lo cierto es que aunque para la persona que los padece pueden ser aterradores, realmente no suelen ser un motivo de preocupación.
Solo requiere tratamiento médico cuando provocan insomnio prolongado o suponen un riesgo para la seguridad de la persona que los padece.
Terrores Nocturnos y Pesadillas
Es frecuente confundir los terrores nocturnos con las pesadillas. Pero realmente no son lo mismo. Las diferencias principales son:
- Cuando se tiene una pesadilla, la persona se despierta y puede recordar algunos detalles del sueño o incluso toda la pesadilla. Sin embargo, la persona que padece un terror nocturno lo sufre pero no llega a despertarse.
- Los niños, al despertar por la mañana, no suelen recordar nada de sus terrores nocturnos. En cambio, los adultos, pueden llegar a recordar un fragmento del sueño que tuvieron durante el episodio.
- Estos episodios suelen ocurrir entre el primer tercio y la primera mitad de la noche, y es poco frecuente que ocurran en otro momento como en las siestas. Las pesadillas puede ocurrir en cualquier momento de la noche o incluso de una siesta.
- Los terrores nocturnos pueden provocar sonambulismo. Las pesadillas no.
Terrores Nocturnos en Niños
Los terrores nocturnos en niños merecen un artículo aparte para aliviar las dudas y angustias que tienen muchos padres cuando ven a sus hijos padecer terrores nocturnos muchas noches.
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Síntomas Terrores Nocturnos
Durante un episodio de terror nocturno, una persona puede:
- Sentarse en la cama y sentirse muy asustada
- Dar un grito fuerte
- Mirar fijo abriendo mucho los ojos
- Sudar y tener el pulso acelerado o sentir palpitaciones muy fuertes
- Respirar pesadamente
- Tener la cara ruborizada y las pupilas dilatadas
- Dar patadas
- Pegar
- Ser difícil de despertar y,
- Si se logra despertar a la persona, lo normal es que se sienta muy confundida, sin recordar bien lo que ha pasado
- Ser difícil de consolar
- No recordar el suceso a la mañana siguiente o tener pocos recuerdos de este
- Salir de la cama y correr por la casa
- Incluso llegar a tener una conducta agresiva si se le impide el paso o se la trata de contener o detener
Qué hacer cuando hay terrores nocturnos
Como hemos dicho antes, los episodios ocasionales no suelen ser causa de preocupación.
Los expertos aconsejan consultar con un profesional de la salud si los terrores nocturnos:
- Son muy frecuentes
- Interrumpen de forma habitual el sueño de quien los padece o el de otros familiares
- Provocan problemas de seguridad o lesiones
- Provocan síntomas diurnos de somnolencia excesiva
- Provocan problemas para cumplir con tus tareas
- Provocan ciertos problemas emocionales
En el caso de los niños, es sensato consultar con un profesional de la salud cuando los episodios de terrores nocturnos continúan después de la adolescencia o siguen al entrar en la edad adulta.
Causas
Los terrores nocturnos son una experiencia no deseada durante la fase más profunda del sueño. Por ello se califican de parasomnia.
Hay varias causas o factores que contribuyen al desarrollo de los terrores nocturnos y son los siguientes:
- Estrés
- Privación del sueño
- Cansancio extremo
- Fiebre
- Interrupciones en el horario para dormir, viajes o interrupciones constantes del sueño
Sin embargo, estos episodios también pueden desencadenarse por afecciones no diagnosticadas. Hay muchas afecciones y medicamentos que interfieren en el sueño, entre ellas:
- Síndrome de piernas inquietas
- Trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad
- Consumo de alcohol
- Consumo de algunas drogas
- Respiración asociada a trastornos del sueño: un grupo de trastornos que comprenden patrones anormales de respiración durante el sueño (el más frecuente es la apnea obstructiva del sueño)
- No hay que olvidar que algunos medicamentos pueden desencadenar trastornos en el sueño como uno de sus efectos secundarios.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo hay 2 a destacar:
- Son más frecuentes en las mujeres.
- Y, también son más frecuentes en las personas que tienen familiares con antecedentes de haber tenido terrores nocturnos o de sonambulismo.
Complicaciones
Las complicaciones o efectos secundarios son:
- Alteración de los ciclos del sueño
- Vergüenza
- Problemas en las relaciones
- Lesiones a sí mismo o, en raras ocasiones, a personas que se encuentren cerca
- Somnolencia diurna excesiva que puede generar dificultades en la escuela o en el trabajo, o problemas con las tareas cotidianas
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En el próximo post hablaremos de los Terrores Nocturnos en Niños, sus síntomas, las causas y lo que pueden hacer los padres por ellos.
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