
En el post anterior, explicamos Qué son los Terrores Nocturnos y vimos las causas y síntomas en adultos, así como su diferencia con las pesadillas. Si no lo has leído todavía, puedes PINCHAR AQUÍ AHORA. Ahora analizaremos los terrores nocturnos en niños y sus síntomas, así como el cómo provenirlos.
Los terrores nocturnos son episodios no deseados producidos durante el sueño. Por eso, se consideran una parasomnia. También son conocidos como «miedos del sueño».
En este post analizaremos todo lo que tiene que ver con los terrores nocturnos en niños, que son causa de preocupación de muchos padres.
Índice del artículo
Terrores nocturnos en niños
Los terrores nocturnos son relativamente poco frecuentes en los niños: según algunas fuentes ocurren en solo el 3 % al 6 % de los niños.
Por contra, la mayoría de los niños tienen una pesadilla de vez en cuando.
Los terrores nocturnos suelen ocurrir en niños de entre 4 y 12 años, pero se han visto también en infantes de solo 18 meses.
Parecen ser un poco más comunes entre los varones.
Algunos niños tal vez hereden una tendencia a tener terrores nocturnos: aproximadamente el 80 % de los niños que los padecen tienen un familiar que también los padeció o que era sonámbulo (un tipo de trastorno del sueño similar).
Un niño podrá tener un solo terror nocturno o varios antes de que desaparezcan. En la mayoría de los casos, los terrores nocturnos desaparecen por sí solos a medida que el sistema nervioso madura.
Cuando los padres tratan de consolar al niño durante o después de un episodio, lo normal es que el niño sea imposible de calmar.
Aunque para los padres son episodios alarmantes, lo cierto es que no suelen ser un problema preocupante ni un problema médico.
Síntomas de los terrores nocturnos en niños
Durante un terror nocturno, usualmente el niño:
- grita con angustia
- llora
- se queja angustiosamente
- se sienta repentinamente en la cama
- respira más rápidamente
- tiene una frecuencia cardíaca más elevada
- está sudando
- está asustado
- está alterado
- mueve las piernas
Después del episodio y pasados unos minutos, o un poco más, lo normal es que el niño se calme y se vuelva a dormir sin más.
Cuando los niños tienen pesadillas, las suelen recordar e incluso suelen despertarse. Sin embargo, con los terrores nocturnos, los niños no recuerdan nada al día siguiente.
Si quieres leer más sobre la diferencia entre terrores nocturnos y pesadillas, LEE ESTE POST.
La razón de por qué no lo recuerdan es porque el episodio de terror nocturno se produjo en la fase más profunda del sueño. En esa fase profunda del sueño no hay imágenes mentales para recordar.
¿Cuál es la causa de los terrores nocturnos?
Técnicamente los terrores nocturnos son provocados por una sobrexitación del sistema nervioso central (SNC) durante la fase del sueño.
El sueño transcurre en varias fases o ciclos. Los sueños, incluidas las pesadillas, ocurren en la fase del movimiento ocular rápido (MOR).
Sin embargo, los terrores nocturnos ocurren en el sueño que no es MOR. Es decir, en la fase donde no hay sueños y por tanto no hay imágenes mentales asociadas para recordar como ocurre en la fase MOR.
Técnicamente, los terrores nocturnos no son un sueño sino una reacción repentina de temor que ocurre durante la transición de una fase del sueño a otra.
Los terrores nocturnos suelen ocurrir entre 2 o 3 horas después de que el niño se duerme. Ocurren cuando el sueño pasa de la fase más profunda a la fase más superficial (MOR).
Por lo general, la transición de una fase a otra del sueño ocurre sin problemas. Pero en algunos casos, los niños se alarman y se asustan, y esta reacción de miedo es un terror nocturno.
Factores de riesgo en los niños
Los terrores nocturnos suelen darse en los niños cuando:
- están muy estrenados
- están excesivamente cansados
- no duermen lo suficiente
- están muy intranquilos y les cuesta mucho dormir
- toman un nuevo medicamento
- duermen en un nuevo ambiente
- duermen lejos de su hogar
- están sobreexcitados
- consumen demasiada cafeína
Qué deben hacer los padres
Aunque los terrores nocturnos pueden ser sumamente alarmantes para los padres, es importante mantener la calma.
Intentar consolar al niño no suele tener efecto. Lo mejor es esperar pacientemente asegurándose de que el niño no se haga daño. Lo habitual es que los niños se calmen en unos minutos y sigan durmiendo.
Lo mejor es no intentar despertar al niño que está sufriendo un terror nocturno para evitar que el niño se asuste más, y se despierte desorientado y confundido.
Los padres deben recordar que el niño no está sufriendo y al día siguiente no se acordará de nada de lo sucedido.
Es prudente quitar cualquier objeto que esté cerca de la cama y pueda ser peligroso para el niño o pueda hacer que se lesione.
Es mejor que los padres no demuestren su preocupación con el niño por la mañana para evitar que el niño interprete que está haciendo algo mal y aumente su nivel de estrés y ansiedad. Esto le podría provocar tener más terrores nocturnos.
Prevención de los terrores nocturnos en niños
Aunque no existe tratamiento, sí es posible ayudar a prevenir los terrores nocturnos.
Las recomendaciones para prevenir los terrores nocturnos en los niños son las siguientes:
- Asegurarse de que el niño duerma lo suficiente para su edad
- Asegurarse que el niño descanse lo suficiente
- Reducir el estrés del niño (ver de dónde proviene el estrés del niño: del colegio, de los amigos, de la familia)
- Crear una rutina sencilla y relajante a la hora de acostarse el niño
- No permitir que su hijo se quede despierto hasta muy tarde
- Evitar que el niño esté jugando a videojuegos o viendo la televisión en las últimas horas antes de acostarse
- Evitar las cenas copiosas justo antes de acostarse
- Procurar que el niño realice alguna actividad relajarte antes de dormir
- Es buena opción que el niño se de un baño de agua templada antes de dormir (y si al baño se le echa un par de kilos de sal mejor)
- Mantener la regularidad en el horario del sueño del niño procurando que duerma al menos 8 horas diarias
- Procurar no cambiarle a menudo sus hábitos en cuanto al lugar donde duerme
A veces sucede que el niño tiene los terrores nocturnos aproximadamente a la misma hora todas las noches. Una buena idea puede ser intentar despertarle un poco antes, darle un poco de agua o contarle un cuento o historia con el fin de evitarlos.
Si los terrores nocturnos se vuelven reiterados y no permiten que el niño descanse ni duerma lo suficiente, puede ser sensato consultar con un especialista.
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